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ECCIDIO

Una obra site specific de Iván Navarro inaugura el MicroMuseo de arte contemporáneo de la Tuscia (Italia) fundado por Antonio Arévalo. La obra estará hasta finales de junio de 2024.  


La obra "Eccidio" de Iván Navarro está instalada Borgo Medieval de Sipicciano, Municipio de Graffignano en la Provincia italiana de Viterbo. Se trata de un pequeño pueblo en la zona de lo que se conoce como Tuscia en la frontera entre las Regiones de la Umbría y del Lazio , corazón de Italia central. La antigua Torre de Sipicciano, de origen medieval, utilizada por ENEL durante tres décadas para iluminar la ciudad, fue abandonada en los años setenta. En esta Torre se inauguró el MicroMuseo de arte contemporáneo de Tuscia, fundado por Antonio Arévalo, poeta, crítico, curador de arte contemporáneo y ex Agregado Cultural en la Embajada de Chile en Italia.


El proyecto es impulsado por la Asociación Cultural Palimpsesto, con el apoyo de la Dirección de Cultura del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, la Municipalidad de Graffignano, la Universidad Agraria de Sipicciano, el Pro Loco de Sipicciano, las Academias de Bellas Artes de Palermo, Roma y Viterbo.


El objetivo es promover y exhibir nuevas obras de artistas contemporáneos colocando el MicroMuseo de arte contemporanea della Tuscia en el circuito de arte contemporáneo italiano e internacional. Dado que la torre era la fuente de luz de todo el pueblo, el primer artista en involucrarse en el proyecto no podía ser otro que Iván Navarro, “un artista que ha dejado su firma en el estudio de la luz”. (A. Arévalo).

 

El MicroMuseo de arte contemporáneo en Tuscia:

Salvador Dalí, al vistar la Tuscia, descubrió ese Bosque Sagrado de los Monstruos que inspiró una parte de su obra. Manuel Mujica Lainez, escritor argentino contemporáneo de Jorge Luis Borges, escribió una autobiografía apócrifa de Príncipe Vicino en Viterbo en 1962, alternando entre la verdad histórica y la imaginación narrativa. Tarquinia, la ciudad del poeta Cardarelli, fue elegida como residencia creativa por el gran artista chileno Sebastián Matta, pintor, escultor, arquitecto y poeta, uno de los artistas más representativos del siglo XX. Y luego, Balthus y el Castillo de Montecalvello, que compró y restauró en 1970. Enrico Castellani eligió el pueblo fantasma de Celleno. Pier Paolo Pasolini, escapó de la caótica Roma a una una torre medieval en Chia. Y Cy Twombly, el gran artista estadounidense, que se instaló en Italia en 1957, era dueño de un edificio completo en Bassano en Teverina. En la casa de campo de "Rentica", antigua propiedad de los Condes Cozza Caposavi, en las colinas del lago de Bolsena, Plinio de Martiis junto con Giorgio Franchetti, crearon un lugar de trabajo y encuentro para varias generaciones de artistas, entre ellos Tano Festa, Franco Angeli, Mario Schifano, Luigi Ontani y Carla Accardi. No muy lejos de allí, en el jardín La Serpara de Civitella d'Agliano, las obras de Paul Wiedmer y otros artistas internacionales constituyen un microsistema de coleccionismo excéntrico e independiente que escapa al sistema legitimado de los grandes museos, pero que se extiende por todo este territorio llamado Tuscia.


En Sipicciano (VT), hay una antigua torre de piedra. El edificio es particular, el edificio se distribuye en tres niveles. Durante unas tres décadas sirvió para la distribución de energía eléctrica, por lo que se le conoce como Torre Enel o Ex Torre Enel. De origen medieval, en el siglo XX la Torre se dedicó a una infraestructura industrial tecnológica como se puede apreciar en las fotografías de época que muestran el tendido de los cables y en los restos de material eléctrico que aún existen en el interior de la torre. Posteriormente tuvo un período de desuso y abandono.


Como apunta Antonio Arévalo, “el edificio es también ilustrativo de las diferentes técnicas constructivas de las diferentes épocas por las que pasó: piedra, ladrillo, hormigón. La renovación actual es una nueva capa que aplica técnicas contemporáneas esta vez con el objetivo de convertirlo en un museo y un espacio de residencia de artistas. El proyecto concibe de manera original la elaboración conceptual de la relación entre la electricidad y las artes visuales contemporáneas, con el fin de provocar una reflexión actual a partir del encuentro de ambos elementos, materializados en la antigua torre de distribución de energía eléctrica de la ciudad, hoy convertida en museo y en un espacio para la residencia.”


El objetivo es revivir esta histórica Mini Torre dándole una nueva y brillante existencia, creando un MicroMuseo capaz de atraer el desarrollo artístico y cultural que integre la importantísima historia de este Borgo a un lugar interactivo donde confluyan las más diversas formas de expresión, capaz de proponer una programación cultural multidisciplinaria.


El MicroMuseo de arte contemporáneo de Tuscia será un contenedor de materia imaginativa, luz, forma, oxígeno; un campo de acción para interrogar el sentido y despertar una sensibilidad consciente; un espacio de exposición sin precedentes con obras site-specific creadas por artistas llamados a pasar períodos de residencia, trabajando con la ciudad, con las escuelas, con las asociaciones locales, valorizando así también el patrimonio arquitectónico del Borgo di Sipicciano a través de un programa de exposiciones y residencias para artistas contemporáneos del mundo. El MicroMuseo de Arte Contemporáneo de Tuscia fundado por Antonio Arévalo se concibe como un work in progress, un proyecto de arte contemporáneo de alcance internacional.


La obra site specific: "ECCIDIO"

Iván Navarro utiliza la luz como materia prima, transformando los objetos en esculturas eléctricas que modifican el espacio expositivo a través de la interacción visual. Entonces, ¿qué mejor que invitar a un artista como él a inaugurar esta experiencia? Su obra es ciertamente lúdica, pero también se caracteriza por las ideas de poder, control y confinamiento. Las instalaciones de Iván Navarro nos devuelven el misterio y el valor simbólico de la energía ancestral”, señala Arévalo.  


Navarro crea esculturas y cajas de luz utilizando luces de neón, sistemas fluorescentes e incluso fuentes incandescentes. Es así como la luz fluorescente y el uso de espejos fascinan inicialmente al espectador y casi constituyen una invitación a entrar. Al mismo tiempo que el engaño perceptivo y óptico de su estructura compositiva rechaza esta posibilidad, la obra nos deja en el umbral de una pregunta que permanece abierta y sin respuesta definitiva. El artista da a luz y desarrolla la poética de su obra que utiliza la luz como herramienta y guía para el observador; por tanto, la electricidad y también el sonido se convierten para Navarro en los símbolos de la construcción del Poder: la realidad de nuestra experiencia se confronta así con el artefacto ilusorio y la ficción creada por el artista en busca de hipótesis que respondan a nuestras preguntas, con el objetivo de su obra sugiriendo diferentes salidas más allá de la apariencia de las cosas.

 



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