Javier Llaxacondor: poeta sin pergaminos
- Juanita Morales

- hace 5 días
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Organizador del Festival Internacional de Poesía de Santiago - FIP, el peruano Javier Llaxacondor ha venido a movilizar desde la calle el mundo de la poesía en Chile.
El FIP se está desarrollando hasta el 22 de noviembre.
Ig: @fipsantiago

Poeta peruano migrante, Javier Llaxacondor se avecindó en Chile hace 10 años para replicar un Festival Internacional de Poesía (FIP) que gerenció en Lima. Aunque dice que aquí se encontró con una desarticulación separatista entre los poetas, donde existían grupos que rivalizaban entre ellos, reconoce que él tuvo mucho apoyo. “Yo aquí he encontrado mi familia literaria, en el Perú no la he tenido nunca. Yo no hubiese podido hacer este festival internacional sin la ayuda de los poetas”
Llaxacondor cursó muchos estudios sin finalizar ninguno y ha trabajado en diferentes oficios para vivir de la poesía. Es un poeta sin pergaminos, como se autodenominó Enrique Lihn. Gran conocedor de la poesía nacional y latinoamericana, no ha sido él un gran publicador, aunque escribe poesía como quien respira. De su autoría son los libros “Autícono” en coautoría con el artista visual Nelson Plaza, obra que se despliega como un leporello donde convergen distintas sensibilidades poéticas a través del grabado; “Manual de Apicultura Local”, y “Fondo de Ojo” también en coautoría con los grabadores Alejandro y Mabel Palavecino.
¿Por qué decidiste replicar el FIP Lima en Chile?
Por hambre, porque había que emplearse y yo pensé que Chile, país de poetas, iba a tener grandes eventos de poesía. Pero ya cuando pasaron tres meses y no conseguía trabajo, decidí inventarme mi propio festival de poesía para tener una fuente de trabajo, y también para darle a Chile un espacio internacional contemporáneo de grandes festivales, que los tienen casi todos los países del mundo y que Chile no tenía. El último fue el que hizo el poeta José María Memet “Encuentro Internacional de Poetas Chile-Poesía “el año 2001, que sí tenía un impacto internacional muy importante.
¿Cuál es la línea curatorial del FIP?
El FIP tiene parámetros, que son su columna vertical, entre otros la equidad de género, la transversalidad social y regional, el carácter intercultural y la participación ciudadana. Este año estamos muy abocados a la parte educativa, llegar a los colegios, a las universidades, desde una práctica abierta y popular. Este es un festival para no-poetas como lo dijimos una vez. Yo creo que esa es su esencia, porque la poesía sale de lo que podemos entender en el sentido más amplio como pueblo, como sociedad, entonces tiene que regresar a ella. Los poetas que escriben para que no se les entienda, que no tienen una poesía dialogante con la gente, pierden mucho de esta esencia y Chile tiene una tradición hermosa de poesía dialogante. Borges le criticaba tanto a Neruda sus poemas a la cebolla, a la papa, se horrorizaba, pero estoy seguro de que no todo el mundo encuentra accesible El Aleph, en cambio el poema a la cebolla seguro que sí. En Chile existen poetas gigantes como Mauricio Redoles, que dice todo es poesía, entonces hay un enfoque mucho más democrático, esa amplitud del festival a mí me gusta.
¿Crees que el FIP ha ayudado a generar una conciencia crítica de la poesía nacional?
Yo creo que sí, porque en las antologías del Fip que hemos sacado, hemos juntado a poetas de distintas regiones de lugares muy alejados, chilotes, de Punta Arenas con poetas como Patricio Manns. Este festival da lugar a eso y como no va a generar una conciencia crítica si haces el enorme esfuerzo de llevar la poesía a lugares periféricos donde no se produce nada de esto y no sólo a comunas modestas como Cerrillos o La legua, periférico también es Barnechea porque tampoco pasa nada. Entonces, una de las características más importantes para desarrollar ese espíritu crítico creo que ha sido la transversalidad de nuestro proyecto.
¿Cómo se desarrolla el FIP?
Cuando empezamos eran cuatro o cinco días, muy intensos, a veces en Santiago otras veces en la Quinta región y terminábamos con una gran fiesta de la que uno salía extasiado de poesía. Algo me pasó a mí con eso, me dieron ganas de darle peso a la experiencia, y
eso es conversar, es publicar, es tener espacio para que los y las poetas que vienen se conozcan con otros poetas, entonces en un evento con tan poco tiempo eso pasa desapercibido, lees cinco minutos y ahí se acabó la experiencia. Este año el Festival dura un mes, es distinta la convivencia, la amistad. Entones en el FIP hace recitales en colegios, centros culturales, hace presentaciones de libros, conciertos y crea espacios de conversación entre poetas, que son almuerzos, paseos, situaciones de encuentro.
¿De dónde crees que proviene el éxito de la convocatoria del FIFV?
Me parece que surge de que nosotros ya tenemos un nombre instalado y un buen récord de haber hecho cosas. No tenemos ni un solo financiamiento público, siempre que hemos postulado a los Fondart los hemos perdido profesionalmente, excepto una vez. Ya nos hemos cansado de esa gestión, yo mismo me he sentido un poco solo ahí, entonces lo hemos hecho un poco con la solidaridad de los amigos que pasa por tratar de apoyar el festival desde donde estén, desde el mundo editorial, diplomático, de la gestión cultural también.
¿Cuántos invitados extranjeros vienen?
Esta vez van a ser alrededor de diez invitados entre gente que vive acá, gente que viene desde China, de Estados Unidos, gente que pasa un tiempo por Santiago y va en dirección al Sur. Entonces es un festival para nosotros pequeño, entre extranjeros y chilenos debe haber unas treinta personas en total moviéndose entre los recitales, presentaciones de libros, conciertos, talleres, lo que implica un impacto social más amplio.
¿Cuántos recitales de poesía se proyectan para este año y dónde se realizarán?
Vamos a estar en Quinta Normal, en Providencia, en el centro de Santiago y en diversas librerías de Chile, porque van a distribuirse libros de autores que están publicando, aprovechando este festival a través de Las Bacantes, que es la editorial que hemos formado como una extensión del mismo festival de poesía. Somos dos personas en la editorial, mi amigo Pablo Fantes que está a cargo de la edición técnica y yo que estoy a cargo de la edición literaria.
¿Por qué, a pesar de esta odisea para obtener recursos, sigues haciendo el festival?
Porque pienso que es un deber artístico. Si nosotros mismos como artistas no promovemos nuestro arte sencillamente puede pasar la vida sin que pase nada, sin que ocurra algo. Esto es como un efecto físico, tienes que tocar a la partícula para que se mueva. De esta manera hemos logrado con el festival, por ejemplo, que se traduzca a Elvira Hernández al chino. Cuando yo llegue a Chile no lo estaba, hoy día a raíz de una curatoría de poetas chilenos para que expongan sus manuscritos se concretó en una exposición en Beijin, hemos traducido también a Maquieira, Soledad Fariña, Pablo Fante, Rosabety Muñoz, Damsi Figueroa. Lo que pasó es que en China se producen festivales cada mes y muchos, es un país con grandes recursos para la cultura. El mundo tiene una gran curiosidad por los poetas latinoamericanos y de lo que pasa en Chile Y este año, por ejemplo, vienen dos poetas chinos súper importantes Yan Xi y Dai Weina y uno de ellos está publicando un libro en Chile, entonces esos intercambios son fundamentales.
¿Como perciben los poetas extranjeros el movimiento poético nacional?
Los poetas extranjeros tienen un interés enorme por Neruda, por Mistral, por Huidobro, por la tradición poética nacional. Estuve yo hace poco en India en un festival de poesía como invitado y me presentaron por ahí a alguien que su hijo se llamaba Pablo, nombre rarísimo en India y me comentó que el nombre era por su admiración a Neruda. Entonces, fíjate que Chile debería tener hasta dentro de sus estrategias comerciales incluir todo este capital poético, porque más conocido que el vino afuera son los poetas chilenos.
Poesía que es música y visualidad
El FIP ha tratado de sacar a la poesía de su categoría de nicho, desde ese lugar incómodo, para expandirla a todos, al que la quiera recitar y escuchar o al que siempre ha escrito pero no ha sido publicado. Una de las cosas que han hecho son concursos de poesía. Una vez lo ganó un pescador de la isla Alejandro Selkirk popularmente conocida como la isla de más afuera. “Eso pasa con la poesía, porque tiene la facultad de ser accesible a todo el mundo, no necesitas una gran formación académica para entenderla. La poesía es el trabajo con la lengua, es la perspectiva del trabajo con el lenguaje y eso es lo común en los seres humanos. Hoy cualquier persona puede participar, tenemos un podcast desde hace un par de años llamado “Poetas ruculistas” con Francisco Jimenes Buendía y Jimena Rosas, que tiene una sección de llamada a la gente para que nos manden sus poemas y el poema elegido se lee, se analiza literariamente”
¿Qué grandes poetas han participado en el FIP?
Muchos, más de quinientos, pero no puedo nombrar a unos sobre otros, De la India vino un poeta muy importante Shiva Pakras, es un poeta medio gurú, en su país la gente hace fila para tocarle los pies. También ha estado con nosotros Bruno Montané, uno de los mayores poetas vivos en lengua hispana, amigazo de Roberto Bolaño. Es chileno y acá en Chile no se le conoce como debería. Está produciendo en estos momentos lo mejor de su obra. Por nuestro festival vino el año 2019 a Chile.
¿La poesía cumple algún rol para ti? ¿Es una forma de escape?
Yo creo que la poesía es un deber, ese es el cincuenta por ciento y el otro cincuenta es íntimamente personal porque en la creación literaria estó todo nuestro mundo, entonces es un deber, pero también una enfermedad. Por otra parte, creo que esta más ligada a la condición humana que al escape. Un escape es salir con amigos, hacer algo que rutinariamente no haces, pero la condición humana tiene que ver con aspectos muchos más profundos que te invaden la mente, el pensamiento y el espíritu.
Cuál crees que es la principal cualidad de un poeta ¿ser enteramente libre para crear, aunque corra el riesgo de perderse buscando respuestas a su vida, o guiarse por criterios estéticos y filosóficos?
Yo creo que la mayor cualidad de un poeta seguramente es su desnudez, debe ser absolutamente honesto consigo, desde ahí parte el valor simbólico de su honestidad en libertad, porque esa vieja concepción de que la poesía debe ser enteramente social o personal, ya se superó, no es una cosa o la otra, el poeta puede pasar por distintos periodos, pero creo que el componente estético debe estar. Como en los rayados de las calles en el estallido social, qué de estético tiene eso, pues es una ebullición social. Entonces como dice Raúl Zurita, la poesía no sirve para nada, pero es absolutamente indispensable. Y creo que hay que ser poeta hasta el punto de dejar de serlo, porque cuando dejas de serlo finalmente has contribuido para algo que sería otra escritura.
¿Crees en la frase de Huidobro “no se trata de hacer belleza, se trata de hacer hombres”?
Yo a Huidobro le creo todo o casi todo, porque es uno de los poetas clásicos de la poesía chilena más favorito; creo que no es un medio sino un fin en sí mismo y como tal está ligada a la biografía. En mi caso no hay manera de separar obra de autor.
¿Crees que el poeta adquiere más honra haciéndose oscuro y atormentado?
Eso lo desactualizó Parra, por eso es tan grande este país en su tradición poética. Claro que ha habido poetas oscuros, difíciles, con vidas atormentadas, pero Parra se fue al humor, dijo “bajen a esos poetas del olimpo”, el bohemio ya pasó de moda.
¿Cuál es la importancia de la oralidad en el ritmo y en el cuerpo del poeta?
Es fundamental. Cincuenta por ciento es lo escrito y cincuenta por ciento es como lo lees y en voz alta como autor. India es un ejemplo importantísimo porque allá los poemas se cantan, pues hay algo ahí donde subyace otro nivel con el que no estamos acostumbrados. La poesía es música y también es un arte visual. Los poetas chinos que tienen una enorme tradición de la poesía no sólo como expresión escrita en un libro sino en caligrafía. Estos poemas chinos se ven, se observan. Maquieira, por ejemplo, sus últimos libros han sido obras visuales. Hay que preguntarse por qué en Chile los poetas desarrollan tanto las artes visuales, hay algo que en este país se silencia y que en las artes visuales se expresa. Esto para mí ha sido una escuela porque yo también he estado vinculado a las artes visuales.
¿Y qué se silencia?
La escritura, por eso te digo que es una pregunta que hay que hacerse, por qué Chile es uno de los pocos países de Latinoamérica donde hay poetas artistas visuales. Hay un espacio en que la imagen reemplaza la palabra, tendrá que ver con su pasado político. Guillermo Deisler y Parra son ejemplos de poetas visuales. De repente la palabra no es silenciar, sino que se complementan, pero podría ser un eufemismo, me parece que hay algo más doloroso detrás y que tiene un impacto doblemente importante. Para mí todas las artes tienen un hilo conductor que yo ligo con la poesía.
¿Cuál es la generación de poetas chilenos con los que más te identificas y por qué?
Yo siempre, con los más viejos, con la generación de los ochenta. Juan Gelman, poeta argentino, decía una cosa interesante, cuando eres un poeta joven debes juntarte con los poetas viejos, cuando eres un poeta viejo debes juntarte con los poetas jóvenes. Maquieira es uno de los poetas que más me ha influido, no sólo por su genialidad literaria, que admiro, sino sobre todo por su amistad, él no pertenece a ningún grupo literario. También a Bruno Montané y Manuel Silva Acevedo. Y de jóvenes tengo un grupo de amigos entusiastas llamado Grupo Viernes, a dos de ellos los publicamos en la editorial Las Bacantes, bajo la colección Viernes, son Nicolás Browne y Sebastián Correa Duval. También me interesa Jaime Sepúlveda.
¿Piensas regresar a Perú?
Siempre vuelvo, cada dos o tres meses. Pero a vivir nunca porque Perú es un país que a mi me duele, es un país tremendamente racista y en crisis permanente. Es un país que tiene una gangrenación política en este momento, la ha tenido cuando yo era niño, la tuvo cuando yo era adolescente, yo dudo de que pueda volver a vivir al Perú.














































