Kula Shaker, suicidio mediático
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Kula Shaker, suicidio mediático

K de la banda inglesa Kula Shaker, apareció en 1996 arrasando en las listas británicas. En la primera semana vendió más de 130 mil copias. Con K, un álbum con una propuesta conceptual atravesada por el misticismo hindú y con algunas de las canciones escritas y cantadas en sánscrito, Kula Shaker colaba su estética y sonido psicodélico en medio de los acordes melódicos del reinante BritPop de los noventa. Un atrevimiento audaz reconocido rápidamente por la crítica, el público y bandas de éxito del momento como Pulp, Oasis o Blur. Influenciados por los sonidos del rock y la psicodelia de los 60 y devotos de grupos como The Grateful Dead y de los experimentos filosófico-musicales de George Harrison durante su época krishna, rescataron el órgano Hammond para integrarlo a sus bases funk mezcladas con distorsiones de guitarra. En 1997, el líder de la banda Crispian Mills emitió unas polémicas declaraciones acerca de los intereses místicos y espirituales de Hitler y sobre la belleza de la esvástica como símbolo de paz y energía. “Cómo me gustaría colocar una gran esvástica en llamas en el escenario por el puto hecho de hacerlo”, dijo en una entrevista a New Musical Express. La frase prendió como el fuego de su imaginaria esvástica. La prensa se cebó con él. Lo acusaron de propagar ideas racistas y de flirtear con el nazismo. De poco y nada valieron las disculpas y las posteriores explicaciones sobre el significado pacífico, simbólico y ancestral de la cruz gamada en la cosmovisión hindú. Tampoco apelar al origen judío de su familia materna. Le jugaba en contra además no ser el prototipo de músico hecho a sí mismo y salido de los suburbios o de los barrios obreros si no un señorito vinculado a creadores y figuras legendarias del cine inglés. La carrera de Mills siguió adelante con un nuevo disco del grupo, después con The Jeevas y resucitando posteriormente a Kula Shaker convertida hoy en banda de culto, pero la algarabía que en su debut causó el lanzamiento de K no volvió a repetirse. El foot-in-mouth de Mills, expresión en inglés que significa decir algo inconveniente, estúpido o fuera de lugar, le costó caro y es uno de los más recordados de la industria musical, una especie de suicidio mediático pre redes sociales que llevó a la banda a jugar en otras ligas. Los buenos poetas también se equivocan, las palabras pesan. Que se lo digan a Mills.


Silvia Veloso


KULA SHAKER

K - 1996



1997

1997

1996


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