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Maniobra, sobre la temporalidad de los fenómenos naturales

Virginia Errázuriz, Pablo Langlois y Camilo Yáñez
Hasta el 10 de agosto
Oficina de Artistas y Galería de Arte

Merced 152, 1er piso -Santiago
 
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En un contexto donde las prácticas artísticas se ven arrastradas por dinámicas de circulación acelerada, SOBRE LA TEMPORALIDAD DE LOS FENÓMENOS NATURALES aparece como una anomalía: una pausa, una resistencia, una insistencia en el arte como espacio por habitar más que por mostrar. Cada gesto se inscribe en sincronía con el lugar, en una arquitectura que aloja tiempos superpuestos y abre fisuras para pensar otras formas de hacer, exhibir y sostener el arte hoy. El edificio no es un mero contenedor: su memoria material, su ubicación estratégica y sus proporciones singulares tensionan el montaje, convirtiéndolo en una capa activa de la exhibición.

 

Las obras de Virginia Errázuriz, Pablo Langlois y Camilo Yáñez son intervenciones en presente. No hay aquí una voluntad retrospectiva ni apego a una narrativa cerrada. Lo que emerge es una pregunta compartida: ¿cómo seguir haciendo arte cuando los formatos, los discursos y los sistemas de validación parecen agotados? En lugar de responder desde los tópicos, los artistas apuestan por la potencia material del gesto, por lo que una imagen, una acción o un residuo pueden producir en su precariedad de remanente. Esta práctica supone también una ética: la de tomarse el tiempo, ser hacedores del arte solo por hacerlo —sin estar al servicio de un sistema, indiferente a las tendencias o a una demanda externa.


Virginia Errázuriz (Santiago, 1941) ha desarrollado una obra sostenida en el tiempo que explora la relación entre cuerpo, espacio y memoria. A menudo desde materiales precarios o reutilizados, su práctica se ha caracterizado por una economía de medios y una dimensión política que desborda lo doméstico, abriendo preguntas sobre el habitar, la fragilidad y las formas silenciosas de resistencia.


Pablo Langlois (Santiago, 1964) ha trabajado desde la pintura, la instalación y el objeto para problematizar el paisaje urbano y sus fisuras, creando intervenciones que transforman la percepción del entorno. Su obra se caracteriza por una mirada crítica y deconstructiva, que cuestiona los límites entre arte y política.


Camilo Yáñez (Santiago, 1974) despliega una práctica interdisciplinaria que cruza imagen, texto y archivo, tensionando los marcos discursivos del poder y la memoria colectiva desde una mirada crítica y estructural.


Esta muestra no busca clausurar sentidos. Es, más bien, un dispositivo poroso donde confluyen trayectorias marcadas por momentos históricos y prácticas que han puesto el paisaje social como soporte. La memoria y la cultura no son vehículos seguros de redención: pueden iluminar, sí, pero también abrumar, saturar o encerrarnos en repeticiones sin fin. De ahí la urgencia de abrir grietas e insistir en el presente como lugar de construcción crítica.

  

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