top of page

Leo Pez, un familiar "bicho sin dueño"

Ya lo habrán adivinado. Soy pariente de Leo, precisamente hermano y mayor… podría decir que lo conozco desde que nació sin faltar a la verdad. Por eso sumergirme en su libro Bicho sin dueño (Lubieta, 2024), además de ser muy placentero, me hace revivir historias y anécdotas relacionadas al cardumen familiar, y más allá en el árbol genealógico, reencontrar un sinfín de pintorescos allegados.


El poemario recoge paisajes de nuestra región: la ciudad de Santa Fe, Alto Verde, Colastiné, Santo Tomé y Sauce Viejo. También se cuela Reconquista como herencia familiar paterna. Nuestro lenguaje, nuestras costumbres y nuestra flora y fauna, se deslizan a lo largo de todas las historias. Porrón, sábalo, los tablones del Centenario, el faso-porro-caño, el barrio El Pozo, el Puente Palito, la C Verde, la ruta 11 y El Chaparral. No faltan los tucu-tucu, los roedores subterráneos, no el legendario conjunto folclórico de Tucumán. Y el túnel subfluvial que une las provincias de Santa Fe y Paraná. Es santafesinidad en cada página, podría decir: santafesinidad ¿al palo?


El sol se va estirando, lento, sobre la ruta 11.

Por la ventanilla veo un avión

que despega de la pista del aeropuerto

entre viviendas, depósitos, boliches y moteles.

[Interurbano a Sauce Viejo]


Caen paltas

en el campo de mis padres:

como misiles teledirigidos

tocan el tambor de Colastiné

los tucu tucu

se hacen chichones con el boyero subterráneo.

[Gostaun]


Aunque esté teñido de su-nuestra- historia familiar, sería injusto describir Bicho sin dueño solo como una obra autobiográfica. Ejemplos emotivos son El octogonal del ‘95 (y ese glorioso ascenso de Colón luego de catorce años de penurias en la B), El Chaparral no es lo que se dice una canchita, con los fulbitos siesteros frente a la casona de Don Cocho en Santo Tomé. Reconquista, desde la muerte del abuelo Juan hasta los carnavales y las fiestas findeañeras en aquellos pagos norteños paternos. O¿Todo bien, Pez?, un texto sobre la mudanza definitiva a Barrio Candioti-Sargento Cabral, rodeado de albañiles con sus “porsupuestos”, sus casas destartaladas llamadas pocilgas y frentes grafiteados.


Seis de la tarde en Alto Verde

recién

Tres pibes juegan solos

en el Puente Palito

Una colonia de hormigas

levanta defensas

[Cum ban cha]


La gente salta en el colchón de tablones del Centenario

¿resistirán?

Algún día capaz llegue a verlo ganar un título, tira uno

Papá saca una naranja del bolsillo, “quiere salir campeón”.

[El octogonal del ‘95]


Bicho sin dueño es un viaje por una literatura con tintes autobiográficos y poblado de entrañables historias y recuerdos familiares, un relato cruzado por una santafesinidad que lo distingue y nos identifica. El cierre ideal para graficar lo que uno siente al leerlo está en la cita musical de Estelares que abre el libro: “Feliz”.





bottom of page