Pensar con Latour: Una invitación
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Pensar con Latour: Una invitación




Comparto aquí algunos fragmentos biográficos. Particularmente, mi experiencia como alguien trabajando e investigando con los conceptos de un autor. Busco ensamblar estos fragmentos en un nodo textual donde la práctica de pensar con dicho autor pueda quedar disponible para estudiantes, investigadores y otras personas que tal vez estén curiosas por hacer lo mismo. En este sentido, este texto es sobre todo una invitación a leer dicho autor y a que puedan poner en acción sus propias experiencias en relación con lo que él nos lega.


Escuché hablar de Bruno Latour por primera vez el año 2008. Me encontraba estudiando un pregrado en sociología en una universidad con un currículo bastante tradicional en la disciplina; se nos repetía constantemente el dictum: la sociedad está funcionalmente diferenciada. Esta forma de observar la sociedad repetía que ésta era un sistema de comunicaciones con áreas especializadas: el amor no es lo mismo que la política, ni que la ciencia, ni que la economía, ni que el derecho, ni que la religión. Cada uno de estos ámbitos, nos decían, operan con los códigos, lógicas, autocomprensiones y expertos que les son propios. La imagen del mundo social que esto generaba –muy bien curado y acompañado de lecturas específicas de Durkheim, Weber, Habermas y Luhmann– apuntaba a que todo estaba en sus casillas, bien separado y organizado. Formándome en las tautologías de esa sociología moderna y modernista, recuerdo un ejercicio para un trabajo de la asignatura de técnicas cualitativas para la investigación que me generó tensiones en lo relativo a esa forma de ver la sociedad. Esto ocurrió a raíz de que con un grupo de colegas estábamos haciendo entrevistas a personas que eran a la vez científicas y religiosas. Nuestro objetivo era tratar de dar cuenta del sentido de aquella experiencia híbrida. ¿Cómo era posible algo así? ¿No nos decían nuestras herramientas disciplinares que hay que separar peras y manzanas? Atareado con dicho problema es que escuché hablar de Latour por primera vez.


Todo partió cuando mi amigo Julián Moraga escuchó de un profesor de filosofía de las ciencias de que existían antropólogos como Bruno Latour y Karin Knorr-Cetina que habían hecho trabajo etnográfico en laboratorios científicos. Buscando sobre Latour nos encontramos con una reseña de Nunca fuimos modernos. No encontramos allí el argumento sencillo –antifuncionalista, de modernidades fallidas, etc.– que probablemente nos hubiese bastado para resolver directamente y con las herramientas tradicionales de la disciplina nuestro problema de los híbridos científicos-religiosos. Más bien, allí encontramos algo bastante más radical: que la realidad estaba contaminada por ensamblajes híbridos entremezclando humanos y no humanos y, sobre todo, naturaleza y cultura; en otras palabras, que la realidad era producto de estas asociaciones y enredos, y que no podíamos suponer hechos sociales diferenciados cuando más bien habría que ir a explorar la constitución de lo que se asocia colectivamente. De choque, estas parcelas puras de la sociedad respecto a las cuales fui formado se veían contaminadas por una heterogeneidad desbocada – cuestión que me cautivó.


Al poco tiempo conseguí el libro, lo fotocopié y al fin pude leer a Latour de primera fuente. Desde entonces quedé encantado por sus propuestas y estilo, me embarqué en su travesía literaria e intelectual leyendo varios de sus trabajos, desde La vida del laboratorio, abarcando su etnografía de laboratorio junto a Steve Woolgar en los 1970s, hasta ¿Dónde estoy?, en que explora las posibilidades de fomento de una consciencia ecológica que puede resultar de nuestra metamorfosis en el confinamiento ocasionado por el Covid-19. Asimismo, sus muy interesantes escritos también me abrieron la cabeza a indagar en los trabajos de otros investigadores que se asociaron con él, lo influyeron o fueron influenciados por su obra. Comencé a leer y familiarizarme con textos de Callon, Deleuze, James, Law, Mol, Souriau, Stengers, Tirado, entre otros. Descubrí el despliegue de una zona de conexión de filosofías, etnografías y casos que hacían sentido como un conjunto de investigaciones con un énfasis en relaciones heterogéneas con un amplio espectro de etiquetas; entre otras: antropología de los modernos, estudios en ciencia, tecnología y sociedad, metafísica empírica, modos de existencia, nuevos pragmatismos, ontología del actante-rizoma, semiótica material, sociología simétrica y teoría del actor-red.

Bruno Latour contribuyó largamente al mundo académico-intelectual asociado a estas etiquetas, publicando más de 30 libros y 150 artículos a lo largo de su vida. Sus intereses fueron filosóficos, sociológicos, antropológicos, tecnológicos, religiosos, científicos, morales, ecológicos, políticos, narrativos y un largo etcétera. Sus textos reflejan la energía, metáforas, buen humor, creatividad y problematización extensa que Latour expresaba tanto en su escritorio, en entrevistas, en el aula, como desde un atril de conferencias. En la mayoría de los textos de Latour se encuentra una mezcla de descripciones densas de materiales empíricos y documentales diversos, especulaciones conceptuales, un mar de metáforas, polémicas, rodeos en torno al asunto en cuestión y discusiones respecto a la jerga necesaria o posible para dar cuenta de dicho asunto. Los lectores se pueden entretener, marear, fascinar o espantar ante lo que Latour proponga respecto a una gran variedad de temas. ¡Yo mismo he fluctuado entre todas estas sensaciones! Pero lo que les puedo asegurar es que no quedarán indiferentes. Concuerden o no con lo que proponga Latour en lo que sea que sea el caso, les aseguro que los hará pensar – producirá algo en ustedes. El fenómeno estudiado mostrará otras aristas, habrá nuevas consideraciones, habrá elementos normalmente ignorados que estarán en la palestra, etc. Esto invita a nuevas prácticas, re-acciones y re-articulaciones: ¿quizás alguien busque traducir un asunto tratado por Latour a la epistemología con la que trabaja y desde dónde pueda hacerle sentido? ¿quizás trate de ordenar lo que Latour sostiene para ver si es que aquello pueda ser productivo para nuevas investigaciones? ¿o tal vez solo quiera dejarse llevar por el carrusel de movimientos por donde Latour lleva para luego experimentar con la continuación de dicho juego y ver dónde termina llegando? Sea lo que sea que haga con Latour, mi punto es que sus trabajos tienen un efecto performativo y productivo: transforma con lo que informa y describe.


En lo personal, a mí me ha intrigado el cómo Latour ha abordado el tema de la “realidad”. En mis trabajos sobre este autor he seguido la pista de preguntas como las siguientes: ¿Cómo es posible que Latour se declare “realista” pero de una manera que él entiende como compatible con cierto tipo de “constructivismo” no social? ¿Cómo se va anudando y re-anudando la realidad continua y relacional por la que aboga? ¿En qué sentido los actores-red son “más reales” en tanto son capaces de “añadir” elementos a sus ensamblajes? ¿Qué tensiones entre las nociones de “descubrimiento” e “invención” surgen de la pregunta respecto a si los fermentos en realidad existían antes de los trabajos de Louis Pasteur? ¿En qué sentido esta concepción de la realidad nos permite observar fenómenos tecnológicos que por ejemplo serían resistidos por una perspectiva tecnófoba como la de Heidegger? ¿Qué límites normativos puede tener esta concepción de la realidad? ¿En qué sentido esta concepción de la realidad se transforma o permanece como un intermediario poco perturbado y de trasfondo cuando las investigaciones de Latour dejan atrás el software “actor-red” para pasar al de “modos de existencia”? Indagando en estos temas a partir de Latour, éste me enrola en un orden preposicional en el cuál a veces me sitúo con, tras, contra, sobre o desde Latour. Intuyo que esto mismo les pasa a otros colegas que se han centrado en otras aristas de lo elaborado por Latour: por ejemplo, en programas de acción, el cuerpo, los humanos y no humanos, las controversias, la innovación, la ficción y las pasiones económicas. Cada uno de estos ámbitos provoca un ensamblaje de preguntas a expandir y explorar.


Leyendo a Latour y compañía encontré algo que no suelo encontrar en muchos lados de la vida académica. Una forma de libertad en la escritura que probablemente solo es comparable con la de autores como Nietzsche. Sus textos irradian una vitalidad extraordinaria, la cual incluso se extiende hacia los elementos no humanos que pueblan nuestro mundo y que, nos advierte su forma de ver el mundo, no sabemos hasta qué medida y en qué calidad pueden activarse para “hacer cosas” en sus distintas interrelaciones. Tras la reciente muerte de Latour, ya no tenemos acceso a su extraordinaria vitalidad sino bajo las inscripciones con su firma que han quedado plasmadas en su extensa obra. Allí queda también incrustada algo de su curiosidad que, en un mundo académico cada vez más mecanizado y estandarizado, espero pueda ser contagiosa. Para terminar solo me queda recomendar algunos textos para que quien lea esto pueda disfrutar de la obra de Latour y explorar sus propios caminos. Seleccioné cinco textos de referentes importantes para Latour y que permiten entender algo de su jerga, formas de filosofar y obsesiones; cinco textos del propio Latour que me parece engloban la variedad de sus trabajos; y cinco textos de terceros que bien han escrito sobre Latour o a propósito de los desafíos que sus herramientas entregan. Sólo doy una advertencia: entrar en esta literatura no es entrar en una supercarretera teórica con todas las respuestas; más bien es una invitación a enredarse por los caminos laterales y sus recovecos, quizás sin muchas veces llegar al punto, pero ofreciéndonos la oportunidad de disfrutar de la riqueza de la realidad mientras la recorremos y pensamos.



Francisco J. Salinas

Doctor en Sociología, Instituto de Ciencias Sociales. Universidad Diego Portales

PhD Sociology of Knowledge por el Institute of Education, University College London. Es investigador

asociado del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales.




Textos de referentes inspirando la obra de Bruno Latour:

§ James, William (1987). “The meaning of truth”. Writings 1902-1910 (pp. 821-978). Penguin Books.

§ Péguy, Charles (2009). Clío. Diálogo entre la historia y el alma pagana. Editorial Cactus.

§ Serres, Michel (1996). La comunicación. Hermes I. Editorial Almagesto.

§ Souriau, Étienne (2017). Los diferentes modos de existencia. Editorial Cactus.

§ Tarde, Gabriel (2007). “Economic Psychology”. Economy and Society 36(4): 614-643.


Textos de Bruno Latour:

§ Callon, Michel y Latour, Bruno (1981). “Unscrewing the big Leviathan: how actors macro-structure reality and how sociologists help them to do so”. K. Knorr-Cetina y A.V. Cicourel Advances in social theory and methodology. Towards an integration of micro- and macro-sociologies (pp. 277-303). Routledge & Kegan Paul.

§ Latour, Bruno (2001). La esperanza de Pandora. Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia. Gedisa.

§ Latour, Bruno (2008). Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red. Manatial.

§ Latour, Bruno (2013). Investigación sobre los modos de existencia. Paidós.

§ Serres, Michel y Latour, Bruno (1995). Conversations on Science, Culture and Time. Michigan University Press.


Textos sobre Bruno Latour:

§ Harman, Graham (2009). The Prince of Networks. Bruno Latour and Metaphysics. Re.Press.

§ Harman, Graham (2014). Bruno Latour. Reassembling the Political. Pluto Press.

§ Mol, Annemarie (2010). “Actor-Network Theory: sensitive terms and enduring tensions”. Zeitschrift für Soziologie und Sozialpsychologie 50(1): 253-269.

§ Noys, Benjamin (2012). “The density and fragility of the world: Latour”. The Persistence of the Negative. A Critique of Contemporary Continental Theory (pp. 80-105). Edinburgh University Press.

§ Schmidgen, Henning (2015). Bruno Latour in Pieces. An Intellectual Biography. Fordham University Press.




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