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Las cosas



Cosas quietas en una habitación, testigos del tiempo. Cosas guardadas, testigos de momentos. Cosas de antes, que saben sobre ayer y sobre hoy. Cosas sabias, que hablan de la historia de la vida de una mujer a quien hoy rodean en su lecho, cosas fotografiadas y luego pintadas al óleo como si fueran reales.


Cosas que componen una escena y retratan a su protagonista, la describen. “En esta pintura las cosas adquieren una especie de singularidad, de entidad propia, de manera tal que en algún punto la persona del cuadro ya está retratada en todas las cosas que la rodean. Es un cuadro histórico, de una época, muy fiel a un estilo de vida, a una forma de decorar”, dice el autor de la obra, Manuel Ugarte [34 años, artista visual y abogado].


La obra “Las Cosas”, de 450 por 300 centímetros, reposa como una instalación de gran tamaño en una antigua capilla carmelita, hoy desacralizada y devenida en Centro Cultural de la Municipalidad de Providencia, en el barrio Bellavista de Santiago. La obra invita al silencio y despierta respeto.


Desde una técnica realista, la pintura habla de la degradación natural del ser humano, el final de la vida, el sentido del dolor y la fugacidad del tiempo. “Al pintar uno invierte mucho tiempo en obtener una imagen, en fijarla. Eso es una forma de decir que es importante retener una información sensorial. Hay una lucha contra la muerte, o contra el olvido —dice Ugarte—. Un intento por recordar, por fijar ciertas cosas, modificándolas también, porque eso hace la memoria: tergiversa, inventa, completa”.


Por otro lado, la obra invita a recuperar el asombro ante la pintura como cosa y el ritual del encuentro físico con ella, a modo de recordatorio lúdico tal vez, de que aún hay óleos sobre telas en este mundo donde sobreabundan imágenes de la misma textura y tamaño que la pantalla de un dispositivo móvil. “La tecnología y el celular tienen muchas ventajas que son maravillosas. Pero la pantalla sacrifica muchos elementos importantes de una pintura, como la textura. Se están generando nuevas formas de pintar, a veces subordinadas a esas nuevas formas de reproducir la imagen. No me gustan las servidumbres ni los condicionamientos de ningún tipo. Por lo que eludirlos me parece un juego necesario para tensionar la libertad —reflexiona el artista—. Es un reclamo de la propia voz para las cosas también. No las olvidemos; siguen acá”.


Fiel a los óleos y a la pintura realista, el pintor busca lenguajes plásticos que traduzcan la esencia y la singularidad de las cosas. En esta obra, los objetos se lograron con técnicas variadas: desde pintura abstracta, puntillismo, expresionismo, o realismo norteamericano. En sus palabras, el realismo tiene que ver con traducir un fenómeno determinado y la objetividad no pasa por sentir o no una emoción, sino con la forma en que uno se aproxima a ella. “Es muy distinto sacar de ti emociones, que comunicarlas. Expresarte, que expresar. Ambas son válidas, pero a mí me interesa comunicar, lo cual requiere tomar cierta distancia para poder entender cómo transmitir eso que tu sientes o ves”, sostiene. Ugarte busca en su trabajo comunicar con neutralidad; sin tomar en este caso una postura sentimental sobre la vejez, ni dulzona, ni macabra, resalta. Simplemente, intentando mostrar lo que vio en el momento en que capturó la escena: el deterioro orgánico.

Coordenadas: La muestra “Las cosas”, de Manuel Ugarte, se puede visitar hasta el 29 de mayo en el Centro Cultural Montecarmelo (Avenida Bellavista 0594, Providencia, Región Metropolitana, Chile).


En redes: @manuelugarte