Ser espinas
Tengo los brazos levantados
en candelabro
el cuerpo salpicado de espinas
en cada una las madres cuelgan
sus aplicados delantales
para incrustar
ya liberados
sus dedos de gancho
y cucharas
coladores de todos los tamaños.
En el desierto
las madres escarban la arena
la sacuden
dejan que el viento la disperse
grano por grano
por si un anillo una uña un diente cariado
aparece
un papelito con una nota
de la hija que un día no
no
no
estoy viva mamá
no
estoy muerta mamá
no
fue él mamá
fueron todos.
Un anillo una uña
pero solo hay espinas
que caen al suelo como cae el pelo
de las madres
hebra por hebra
y el viento silba
sobre sus cabezas
lampiñas de pena
mientras manos cactáceas emergen del desierto
pidiendo
préndeme una velita, mamá
una velita sobre la palma de este cactus
ándate
altiro
a la casa
vuela mamá
como el viento
qué haces aquí
donde yo ya no estoy
tu hija está sola
no está aquí
sola
con el tío el vecino
asomado a la puerta
el soldado hambriento, sola
con el policía
el milico
los conquistadores de antaño
el jardinero de hoy
el capataz con su látigo
erecto
el prelado
el padre de familia.
Un anillo una uña una muela cariada
la hija sola que somos todas.
Lina Meruane
Ser espinas fue escrito para una performance realizada en el marco de la
Bienal de Pensamiento 2022, Barcelona.
Diálogo-performances entre Cristina Rivera Garza, Lina Meruane y Gabriela Wiener.
"Trenzar: santas, raras, mestizas"
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